cuerpecito suave, envuelto de nubes,
montoncito de ternura,
cielo limpido es tu cuna.
Caramelos y juguetes,
mundo inocente,
lejana niñera, brillo de luna,
que altanera acuna tu dormir.
Duerme: tu sueño de cristal
nadie osará destruirlo.
¡Sueño de niño! Regiones transitadas
de hadas y de duendes...
Duerme: que al despertar
en la alborada, secará
ese rostro de lágrimas mimadas,
la más dulce de las hadas,
que te quiere de verdad.
A David y Javier.
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